Ayer encontramos en Diario de Cádiz la noticia de que el Gobierno andaluz está pujando con fuerza para que Andalucía se convierta en un referente europeo en la investigación y desarrollo de prototipos y sistemas de aviones no tripulados. Además del centro de El Arenosillo en Huelva, en el que el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) estudia aplicaciones militares para este tipo de vehículos aéreos, pronto existirá otra instalación en el Aeroclub de Jaén, en la cual se podría trabajar en colaboración con el fabricante aeronáutico Boeing.
Esta es una estupenda noticia que no podíamos dejar pasar sin comentar en aergenium, y en este post contaremos algo acerca de este tipo de vehículos para los que estén interesados en conocerlos un poco mejor.
Las actuaciones de la mayoría de este tipo de aeronaves están asistidas por una tripulación externa en alguna fase de su misión, con lo que la denominación en español más precisa para este tipo de aeronaves podría ser la de “vehículo aéreo sin tripulación a bordo”, en lugar de “vehículo aéreo no tripulado” o “avión sin piloto” como usualmente se suelen traducir las siglas inglesas UAV (Unmanned Air Vehicle).
Dependiendo de los diferentes propósitos para los que son diseñados, estos UAV se pueden encontrar bajo una infinidad de formas y tamaños. Pueden presentar envergaduras comparables a las de un Boeing 737, o ser tan pequeños como modelos de radio control. Algunos son programados para volar de forma autónoma durante una gran parte de su misión, y otros necesitan de un operador exterior durante toda su maniobra. Sin embargo, todos tienen en común la ausencia de piloto humano a bordo.
En sus utilizaciones iniciales estos vehículos se denominaban RPV (por sus siglas inglesas Remote Piloted Vehicle), y eran poco más avanzados que aviones de control remoto. Su funcionamiento dependía por completo de un operador externo, y sus misiones estaban limitadas a unos pocos kilómetros de alcance visual. Conforme las tecnologías de guiado y control autónomo avanzaban, el vehículo se iba independizando de la acción desde tierra en alguna de sus fases, y pronto se comenzó a hablar del avión sin piloto, aeronave no tripulada, o UAV (Unmanned Air Vehicle).
La utilización concreta como elementos de apoyo en misiones de reconocimiento e inteligencia hizo aparecer dentro de los UAV la familia de los URAV (Unmanned Reconnaissance Air Vehicles), que cubren una amplia gama de actuaciones: desde los pequeños Pointer de 5 Kg de peso, techo de 1000m de altura y autonomía aproximada de una hora de vuelo, hasta los sofisticados Global Hawk, que pueden albergar una carga de pago de 900Kg, presentan un techo de 20000m, y tienen una autonomía de 35h de vuelo. Suelen estar equipados con sistemas electro óptico de televisión, infrarrojos, y radares de apertura sintética, y a menudo sirven de apoyo a armas exteriores guiadas por láser.
Debido a su especialización en operaciones de combate, los UAV que están exigiendo la máxima atención técnica en su desarrollo son los pertenecientes a la familia de los UCAV (Unmmanned Combat Air Vehicle), diseñados para portar armas propias y con capacidad para atacar objetivos. Actualmente las misiones de los UCAV se centran en tácticas aire-tierra, con rutas y detalles de los objetivos previamente programados, pero no tardarán en realizar por sí solos misiones completas de ataque o defensa aérea, si se les suministran los datos completos de la planificación de la misión. Demostradores militares como el X-45A y X-45B de Boeing, o el X-47A y X-47B de Northrop, se han desarrollado con éxito como parte de proyectos militares norteamericanos. En concreto, el modelo X47-B presentado oficialmente en diciembre del pasado 2008 ha sido seleccionado por la Marina estadounidense para formar una flota de UAV con base de operaciones en portaaviones, y su primer vuelo está programado para finales de este año. En Europa, el fabricante EADS está desarrollando un UCAV prototipo denominado Barracuda como una joint venture entre Alemania y España.
Otras familias dentro de los UAV son los UTA (Unmanned Tactical Aircraft) o los MAV (Micro Air Vehicles), que incorporan tecnologías emergentes en micro/nano mecánica, o en inteligencia artificial. Son tantos y tan variados los tipos de aeronaves sin tripulación embarcada existentes, y los sistemas de guiado y control que utilizan, que la FAA los ha agrupado a todos bajo la denominación de UAS (Unmanned Aircraft Systems), refiriéndose así no sólo a la plataforma física o vehículo aéreo (UAV) sino también a las instalaciones externas que precisan.
Pero no todo son aplicaciones militares. También existen aplicaciones civiles para estos aviones sin tripulación a bordo en campos como la vigilancia forestal, o la investigación atmosférica. Como contamos aquí, en el reciente Congreso Mundial de Robótica 2009 celebrado en Barcelona se dedicó una jornada a la robótica embarcada en los UAV, y con la participación de la Universidad de Sevilla en varias ponencias, se analizaron algunas aplicaciones interesantes. Sin duda, y como se ha planteado en uno de los debates de la red aergenium en LinkedIn, el mercado de aplicaciones civiles para UAV está abierto y al alcance de empresas medianas. Por ello, la noticia que nos traía ayer el Diario de Cádiz nos alegra enormemente.
Esta es una estupenda noticia que no podíamos dejar pasar sin comentar en aergenium, y en este post contaremos algo acerca de este tipo de vehículos para los que estén interesados en conocerlos un poco mejor.
Las actuaciones de la mayoría de este tipo de aeronaves están asistidas por una tripulación externa en alguna fase de su misión, con lo que la denominación en español más precisa para este tipo de aeronaves podría ser la de “vehículo aéreo sin tripulación a bordo”, en lugar de “vehículo aéreo no tripulado” o “avión sin piloto” como usualmente se suelen traducir las siglas inglesas UAV (Unmanned Air Vehicle).
Dependiendo de los diferentes propósitos para los que son diseñados, estos UAV se pueden encontrar bajo una infinidad de formas y tamaños. Pueden presentar envergaduras comparables a las de un Boeing 737, o ser tan pequeños como modelos de radio control. Algunos son programados para volar de forma autónoma durante una gran parte de su misión, y otros necesitan de un operador exterior durante toda su maniobra. Sin embargo, todos tienen en común la ausencia de piloto humano a bordo.
En sus utilizaciones iniciales estos vehículos se denominaban RPV (por sus siglas inglesas Remote Piloted Vehicle), y eran poco más avanzados que aviones de control remoto. Su funcionamiento dependía por completo de un operador externo, y sus misiones estaban limitadas a unos pocos kilómetros de alcance visual. Conforme las tecnologías de guiado y control autónomo avanzaban, el vehículo se iba independizando de la acción desde tierra en alguna de sus fases, y pronto se comenzó a hablar del avión sin piloto, aeronave no tripulada, o UAV (Unmanned Air Vehicle).
La utilización concreta como elementos de apoyo en misiones de reconocimiento e inteligencia hizo aparecer dentro de los UAV la familia de los URAV (Unmanned Reconnaissance Air Vehicles), que cubren una amplia gama de actuaciones: desde los pequeños Pointer de 5 Kg de peso, techo de 1000m de altura y autonomía aproximada de una hora de vuelo, hasta los sofisticados Global Hawk, que pueden albergar una carga de pago de 900Kg, presentan un techo de 20000m, y tienen una autonomía de 35h de vuelo. Suelen estar equipados con sistemas electro óptico de televisión, infrarrojos, y radares de apertura sintética, y a menudo sirven de apoyo a armas exteriores guiadas por láser.
Debido a su especialización en operaciones de combate, los UAV que están exigiendo la máxima atención técnica en su desarrollo son los pertenecientes a la familia de los UCAV (Unmmanned Combat Air Vehicle), diseñados para portar armas propias y con capacidad para atacar objetivos. Actualmente las misiones de los UCAV se centran en tácticas aire-tierra, con rutas y detalles de los objetivos previamente programados, pero no tardarán en realizar por sí solos misiones completas de ataque o defensa aérea, si se les suministran los datos completos de la planificación de la misión. Demostradores militares como el X-45A y X-45B de Boeing, o el X-47A y X-47B de Northrop, se han desarrollado con éxito como parte de proyectos militares norteamericanos. En concreto, el modelo X47-B presentado oficialmente en diciembre del pasado 2008 ha sido seleccionado por la Marina estadounidense para formar una flota de UAV con base de operaciones en portaaviones, y su primer vuelo está programado para finales de este año. En Europa, el fabricante EADS está desarrollando un UCAV prototipo denominado Barracuda como una joint venture entre Alemania y España.
Otras familias dentro de los UAV son los UTA (Unmanned Tactical Aircraft) o los MAV (Micro Air Vehicles), que incorporan tecnologías emergentes en micro/nano mecánica, o en inteligencia artificial. Son tantos y tan variados los tipos de aeronaves sin tripulación embarcada existentes, y los sistemas de guiado y control que utilizan, que la FAA los ha agrupado a todos bajo la denominación de UAS (Unmanned Aircraft Systems), refiriéndose así no sólo a la plataforma física o vehículo aéreo (UAV) sino también a las instalaciones externas que precisan.
Pero no todo son aplicaciones militares. También existen aplicaciones civiles para estos aviones sin tripulación a bordo en campos como la vigilancia forestal, o la investigación atmosférica. Como contamos aquí, en el reciente Congreso Mundial de Robótica 2009 celebrado en Barcelona se dedicó una jornada a la robótica embarcada en los UAV, y con la participación de la Universidad de Sevilla en varias ponencias, se analizaron algunas aplicaciones interesantes. Sin duda, y como se ha planteado en uno de los debates de la red aergenium en LinkedIn, el mercado de aplicaciones civiles para UAV está abierto y al alcance de empresas medianas. Por ello, la noticia que nos traía ayer el Diario de Cádiz nos alegra enormemente.
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